Invernaderos del Campus Don Bosco.
En un entorno urbano como el de Bogotá, donde la expansión de la ciudad ha reducido los espacios verdes y los sistemas alimentarios enfrentan tensiones crecientes, los invernaderos emergen como un escenario vital para la innovación educativa, la sostenibilidad, el compromiso y la acción comunitaria, toda vez que representan una apuesta significativa por la seguridad alimentaria y la educación ambiental y se convierten en un laboratorio vivo. Así también, el sistema de invernaderos es una respuesta pertinente y estratégica a los desafíos sociales, ambientales y formativos de nuestro tiempo.
Desde la perspectiva de la agricultura urbana, el sistema de invernaderos ofrece un espacio para experimentar y aplicar técnicas sostenibles de cultivo, adaptadas a entornos citadinos. Permite la producción de alimentos frescos, reduciendo la dependencia de cadenas de suministro largas y disminuyendo la huella de carbono asociada al transporte. Además, fortalece la noción de soberanía alimentaria al empoderar a los estudiantes, docentes y comunidades aledañas con conocimientos agroecológicos prácticos sobre producción y consumo responsable. Estas experiencias fortalecen la formación integral de los estudiantes y contribuyen a su sensibilidad ambiental, ética y social.
En relación con la gestión de recursos locales, el sistema de invernaderos favorece el aprovechamiento eficiente del agua, el compostaje de residuos orgánicos y el uso de energías limpias, promoviendo una economía circular dentro del campus. Estos procesos no solo optimizan recursos, sino que también educan sobre el valor del cuidado ambiental, en coherencia con los principios de la ecología integral propuestos por el carisma salesiano; ello eleva su pertinencia, ya que el sistema de invernaderos permite integrar la teoría con la práctica, promoviendo la investigación y el trabajo colaborativo entre distintas disciplinas. Igualmente, contribuye a los compromisos globales de acción climática, conservación de la biodiversidad y desarrollo sostenible. Todo ello se corresponde plenamente con los valores salesianos de servicio, cuidado de la casa común y educación transformadora.
Al fomentar prácticas agrícolas resilientes, capturar carbono mediante el cultivo vegetal y sensibilizar sobre la interdependencia entre naturaleza y sociedad, el sistema de invernaderos se posiciona como un componente clave de la formación integral de los estudiantes, consolidando al campus como un referente en sostenibilidad urbana y compromiso social en línea con los esfuerzos globales por mitigar el cambio climático. Además, el sistema de invernaderos genera conocimiento aplicable y transferible a contextos comunitarios, convirtiéndose en una herramienta para la proyección social de la universidad. Así, se articula con iniciativas locales orientadas a fomentar la soberanía alimentaria y generar alternativas productivas sostenibles.
Los invernaderos en el campus no son solo estructuras físicas; son espacios de transformación que conectan ciencia, conciencia y comunidad. Representan un paso firme hacia un modelo educativo comprometido con el bienestar colectivo y el futuro del planeta.
