En una labor conjunta entre la empresa que interviene el campus Don Bosco y el Jardín Botánico, los árboles del campus cambian de posición.
Hay que trasplantar árboles. Deben cortarse con determinación sus raíces, con indiferencia, con ambición, pero pensando en otra cosa: pensando en dónde estarán después. La ciudad cambia y en su preocupación por un lugar más consciente, la universidad también.
“Para trasladar dos árboles en los que encontramos nidos nos demoramos cuatro meses para recibir su aprobación”, el ingeniero interventor Álvaro Rondón y Wilson Rubio, responsables de la silvicultura (conjunto de actividades relacionadas con el cultivo, el cuidado y la explotación de los bosques y los montes) de la empresa de paisajismo que ganó la licitación, Parque Real; intervienen la transformación del campus. nuestro campus verde. Lo hacen en cuatro tratamientos integrales específicos: aprovechamiento forestal (tratamiento y conservación integral de la flora y fauna), poda y tala de árboles que no tienen las condiciones fitosanitarias adecuadas y el traslado adecuado de los árboles aptos.
Esta actividad se desarrolla sobre árboles con alturas superiores a dos metros, que en el campus llegan hasta los 10 metros, removidos “con resolución y permisos: se talaron, neutralizaron, oxigenaron las raíces cubriéndose con una lona de yute y se trasplantan”, como definió Carlos Peña, coordinador integral de Seguridad y Salud en el trabajo que acompaña el proceso involucrando hachas, sierras, retroexcavadoras y camión que desplazó con cuidado estos apacibles gigantes vegetales para cambiar la cara del campus verde. El arbolado es intervenido según las frecuencias establecidas por el plan de podas autorizado por la Secretaría de Ambiente bajo el concepto técnico 00004 del 04 de enero de 2019 y con los tiempos establecidos se logró hacer la remoción de todo este material vivo para el 29 de junio de este año.
“Después de este traslado de los árboles para la misma área del campus, habrá que hacerle un seguimiento de tres años: se les hará un riego diario y un mantenimiento semanal durante tres meses. Después se monitoreará cada 4 meses”, el ingeniero Rubio destaca un éxito del 97 % en el traslado de esta biomasa vegetal del campus interviniendo 85 árboles protegidos por la resolución. Las áreas que comprenden el interior del campus siguen siendo su hogar. Albergan los recuerdos como si todo fuera a volverse a acabar, como si todo fuera a empezar otra vez. Otros 177 árboles comprenderán la zona de sesión ( los separadores en vías de tránsito, andenes y corredores peatonales, parques públicos y plazoletas) que rodearán la universidad por las futuras vías Diagonal 49A y carrera 69A, aún en construcción. Todos los árboles sobre la Avenida Calle 26 fueron desplazados juntos trasformando este campus verde con el propósito de pensar que no se había hecho antes, nunca más, después.
